Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

HISTORIAS DEL LIMES

Imagen
                                                                      Ilustración: Isidro M. Sosa Ramos Vivir en la frontera no es como la mayoría de las personas se pudiera imaginar. La frontera no es un ellos y nosotros , no existe una delimitación exacta, nadie trazó una línea infranqueable que separara a los bandos. Es posible que para los gobiernos, para los estados y para las leyes sea algo tangible o fehaciente, sin embargo para los habitantes de la frontera todo es mucho más versátil y flexible, laxo. Al menos para los habitantes de la frontera, esa conceptualización se muestra no funcional ni práctica. Obviamente si en algún punto de cualquier frontera se levanta una valla de espino, un muro, se establece una guarnición fronteriza o se aprovecha un accidente geográfico existirá un obstáculo físico para poder franquearla, pero en ningún caso dejará de ser un símbolo, una creación humana. Además, si hacemos revisión podríamos afirmar que la inmensa mayoría de las fronter

SUSURRO PREVIO

Imagen
                                Foto: Isidro M. Sosa Ramos Dímelo al oído.  Ya llegaste,  repicando tu tintineo de luces trémulas.  Ya tus hojas ocres, parduzcas,  aletean en caída libre,  flotando con la brisa matutina fría de tanto crepúsculo.  Cuéntame,  dímelo al oído.  Confiesa traidor.  Sabes, sé, me abandonarás.  Dejarás que me invada el hielo,  pereciendo yo a él, cristalizada, yerma. Dímelo al oído.  Olor acre y húmedo,  aroma de solo a tí.  Otoño, siguen cayendo tus hojas.  Bermellón lánguido unas,  verde moribundo otras.  Dímelo al oído.                                ISIDRO M. SOSA RAMOS

ESTA GUERRA NO VA CONMIGO

Imagen
                                                 Foto: Yuli Melianiuk Pegar a alguien estando atado, indefenso, vencido por el dolor y vendido a su destino de seguir encajando golpes, debe ser una sensación de lo más peculiar (Por favor, libérese de sus prejuicios. Le pido que en principio no caiga en el juicio moral, no entre a calificarlo según lo que piense o sienta). Me refiero a golpear incesantemente, maltratar el cuerpo de un semejante sin motivación aparente, sin un fin, si una justificación, sin querer obtener una confesión o sonsacar información, sin ser motivo de una venganza personal o un ajuste de cuentas, sin defender una doctrina o una patria. Hacerlo sin el fin explícito de querer causar daño o sufrimiento. Pegar y golpear por protocolo, sin convicciones, pegar por pegar. A priori puede parecer ilógico, huérfano de significante y significado, carente de referencia.  Aún así le invito a profundizar en la descripción que acabo de hacerle. Piénselo, siéntalo,