ME DECLARO DISIDENTE
"Disidente" también es el nombre que atribuí al conjunto de publicaciones que realicé en la red social Facebook entre los días 25 de febrero y 3 de junio de 2020.
Comenzaron el día de la conmemoración del levantamiento social que dió origen a la proclamación de la II Revolución Francesa en 1848. Esta fue la denominada “República Social y Democrática”.
Por otro lado, "Disidente" terminó sus publicaciones el día en que se conmemora el aniversario de la inaguración del I Congreso Internacional de Escritores de Lengua Española celebrado en 1979 e inaugurado en La Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria en esa fecha.
La escritura siempre ha sido un mecanismo de manifestar emociones, sentimientos, filias, fobias, disconformidad y acuerdo. Para mí es la forma de expresar mi paraíso y mi tormento en una sociedad alienada y distópica, volcada en lo aparente.
Perdidos y asolados por la mayor de las vilezas, que no es otra sino el abandono del espíritu colectivo. Vivimos así, en el reino del individualismo, en el más inherente y profundo de los instintos. Olvidada o quizás solo anulada por el frenesí de lo cotidiano, nos dejamos arrastrar lejos de nosotros mismos, de nuestra más profunda belleza. La palabra.
En esta línea argumental, ser disidente a través de la palabra es una manifestación de ese desacuerdo, una muestra de persistencia.
Es la huella narrativa de lo que Tenesaro le decía siempre a Teguaco,
“Padre, Siempre he percibido el
combate como la estrategia de los débiles de espíritu. La batalla siempre comienza
cuando se disipa el poder de las palabras”
Como la ola manifestando su versátil fluidez contra el rompiente, que en apariencia nada modifica pero a término todo lo cambia. La palabra deja su mueca, imperceptible pero perenne.

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