VAYA PANORAMA...
Días atrás leía un artículo sobre el conflicto fronterizo entre India y
China. No tenía ni idea de este conflicto territorial que se extiende en el
tiempo, al menos durante los últimos 45 años. Decidí entonces hurgar un poco en
la hemeroteca para tener una perspectiva un poco más amplia de todo lo
acontecido al respecto. Pues suponía que el hecho de repartirse unos cuantos
garrotazos entre guardas fronterizos debía de tener más miga, en caso contrario
cual era el motivo de que EE. UU. y la UE estuvieran con el ojete tan
constreñido.
El asunto arrancó, como no, con los objetivos expansionistas británicos en
Asia. A finales del s. XIX el Imperio Británico buscaba consolidar su expansión
asiática a través de la frontera norte de la India. Con tal fin, y después de
largas negociaciones optó por reconocer la autonomía del Tíbet. Cabe decir que
tal decisión no le hizo ninguna gracia al gobierno imperial chino.
Un par de décadas después, en 1914 para consolidar los pactos con el Tíbet
y Mongolia y debilitar el poder chino en la región, el Reino Unido dispuso el Acuerdo
de Simla. En dicho acuerdo se daba pie a que las dos regiones (Tíbet y
Mongolia) pudieran autoproclamar y reconocerse mutuamente su soberanía y
dejar el vasallaje con China. Para hacer efectivo el tratado con el Tíbet el
Imperio Británico trazó de manera unilateral la línea MacMahon.
Esta línea divisoria fue descartada posteriormente hasta que en 1935 es
rescatada, y es entonces, cuando se adopta como frontera oficial entre India y
China.
Tras la independencia de la India se sucedieron los conflictos y disputas
hasta que en junio 1962 se desató la Guerra sino - china. El
epicentro del conflicto se localiza en Arunachal Pradesh, entre Bután y Tíbet y
Aksai Chin, ubicada entre Cachemira y el Karakorum.
Tras la derrota, India quedó expuesta a una posible invasión Maoísta. Sin
embargo, el gobierno chino optó por declarar de manera unilateral el alto el
fuego, ocupar solo los territorios que reclamaba y dejar el asunto sin ir a
mayores.
Desde 1993 ambos países adoptaron la Línea de Control Fronterizo,
denominada LAC.
Sin embargo esta línea, como la mayoría de las líneas fronterizas, es muy
ambigua e imprecisa. La región tiene una de las orografías más escarpadas del
planeta y eso dificulta aún más todo el asunto.
En la actualidad el conflicto ha florecido de nuevo. Dentro del maremágnum
de especulaciones, EE. UU. y la UE se oponen tímidamente a las pretensiones
chinas de controlar la zona. Esto se debe básicamente a que el interés de China
pasa por crear una Nueva Ruta de La Seda, pero esta vez la seda es de
color negro.
China quiere el control de fronterizo para explotar sin limitaciones el
Corredor Económico China - Pakistán, lo que le daría acceso directo al Mar
Arábigo. Esto decantaría más aún la balanza a favor de China en la supremacía
sobre los recursos del planeta.
EE. UU. se afana en concluir acuerdos con India, Japón, Australia para
mantener el control militar en el Índico mientras China se hace con los
recursos a base de talonario.
Eso deja un panorama bastante delicado, por un lado el antiguo "Águila
Imperial" se ve abocado a un papel de mero policía planetario
por el otro el Coloso Chino sigue expandiéndose y comprando todo lo que está a
su alcance en América del Sur y África. Si eso fuera poco, ha conseguido que la
UE sea poco más que su Escort de Lujo o hablando en plata, su putita.
Cuando digo mero policía planetario me refiero a la incapacidad
económica y mercantil para atajar la sangría que China le hace a EE. UU.. Cada
día se acentúa la imposibilidad de competir en el marco económico. China se lo
guisa y se lo come todo. EE. UU. solo puede aceptar ser el segundo de a bordo,
lo contrario lo llevaría a un mayor colapso de su economía. Como segundo de a
bordo, a nivel planetario no le queda sino ser el esbirro del Nuevo Imperio.
Cuando digo putita lo digo sin acritud y remitiéndome a los hechos. Sé que suena duro lo de "putita", para suavizarme
el vocabulario, y recordando la expresión de una buena amiga, podríamos decir
que Europa ha pasado de ser el centro de la civilización a ser el Dysneyworld
chino.
Los centros financieros de Europa (Londres, Frankfurt, Rotterdam, …) están
bajo el poder inversor del mercado chino. Además, las estrategias industriales
europeas de los 80 y 90, basadas en la externalización de la producción
industrial en dirección a China han resultado ser el harakiri del alma
industrial europea. Si aún no lo ve claro piense en los acontecimientos en
torno a la crisis COVID, ni mascarillas éramos capaces de producir. Otro factor
de debilidad de la UE es la carencia de cohesión entre los países miembros en
cuanto a política económica. El norte, con sus aires de saberlo todo y de ser
eficientes como nadie, sigue pensando que el sur es el sitio de vagos y
maleantes. El sur, gracias a su fatalismo y complejo de inferioridad, sigue
observando, con rencor y envidia, al norte en un pedestal. Mientras UK pone los
pies en polvorosa, para salvar su orgullo imperial perdido hace decenios. Y ahí
seguimos los europeos, enfrascados en discusiones internas mientras nos comen
por las patas. Esperen a que el EURO colapse, entonces descubriremos quien es
Europa. Más allá de la moneda común y el espacio Schengen, la UE esta insípida y
carente de identidad como una sopa de sobre.
Pues así está el panorama, creo que estamos abocados a un cambio de
hegemonía, en cuestión de unos pocos años seremos absorbidos no solo
económicamente sino muy probablemente política y culturalmente.
Llámenme agorero, pesimista, catastrofista o simplemente calamidad. Pero yo empecé a aprender chino.
De agorero, nada, y no vas a tener que esperar mucho... ya están en todo y mandan todo. Aquellos humildes chinitos qué a unos le hacían gracia y qué otros se mofaban de ellos son el nuevo imperio mundial
ResponderEliminarEn eso consiste la historia, ascenso, cenit y decadencia de cada una de las civilizaciones aciones
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