La Doctora Visser llevaba años, sin creer en lo que hacía. Estaba hastiada de su anodina existencia, no encontraba sentido a nada de lo que hacía. Continuaba ojeando las noticias mientras, como un autómata, pautaba las órdenes para ayudar a Jana Madric a salir de su trance. … Jana, a continuación contaré hasta cinco y saldrás de tu trance. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Abre los ojos – dijo – con una solemnidad y credibilidad a prueba de bombas. Tras aquello, Monique Visser se dedicó, como de costumbre, a divagar sobre la hipnosis. Que si sus efectos liberadores sobre el trauma, que si el proceso de su integración como hecho vital y el absurdo recurso del desarrollo de la capacidad de resiliencia. Pamplinas pensaba Jana mientras oía, por no escuchar, el soliloquio de Visser. Al abandonar la consulta Jana seguía notando el mismo desasosiego de siempre, el mismo galopar desbocado de su corazón dentro del pecho. Hacía ya tiempo que había pe...
Comentarios
Publicar un comentario