INSENSATOS
impulsados por los remos del rencor.
A la deriva,
creyendo que trazamos nuestra derrota,
perjurando nuestra razón.
Regresarán tiempos de colores,
removiendo lo que tendría que reposar.
Nadie vio más allá,
y si alguien le puso ojos, olvido darle voz.
Suenan cánticos,
alejados del alborozo y la alegría,
son solo preludio de terror.
Añejos, enajenados.
No se quiebra nada dos veces por el mismo sitio,
excepto la razón.
Ya se oyen los tambores de la desolación,
repican las campanas a réquiem.
Todos los borricos saben rebuznar,
todas las aves volar,
toda luz hacer sombra.
ISIDRO M. SOSA RAMOS
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